Saturday, April 02, 2005
Programa EEPC-I
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Programa EEPC-I. Sabiduría Infantil y
concepto ampliado de arte, ejes de reconfiguración de la identidad cultural
comunitaria.
FHZ®. 2006
Impreso en México.
Colección: Cuadernos de Doble Raya.
Fundación Cultural José Hernández
Delgadillo, A. C.
Serie: Programa EEPC-I. Documentos y
Testimonios.
En Internet: http://eepc-i.blogspot.com
Francisco Hernández
Zamora
fchernandezz@yahoo.com.mx
Portada: Mural comunitario-infantil Texcaltitla, 2006
(fondo). Al frente: El Espejo humeante -en el Teocalli de la Guerra Sagrada-. Ojo pulido -brillante-, alusión a la
mirada inteligente, penetrante y aguda de Tezcatlipoca. (Emblema de EEPC-I)
Este documento fue
presentado en el Primer Coloquio
Internacional de Arte y Educación, realizado por la Universidad Pedagógica
Nacional en noviembre de 2005 y el Congreso Nacional de Educación Artística
organizado por la
Secretaría de Cultura del Gobierno del D. F. en septiembre de
2006. Revisado en agosto de 2007.
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Soy de la estirpe
"Soy de la estirpe que siempre ha buscado el paraíso.
A las orillas de los acantilados de mi corazón
me he parado varias veces a contemplarlo extasiado...
Si he ido por otros caminos
sólo ha sido para constatar mi extravió.”
Matias Qüitzonzin(en el desierto. Siglo XVIII)
Francisco Hernández Zamora,
Desierto de El Vizcaino, B. C. 1989
-->
Presentación:
Este documento
es una exposición sucinta de las bases conceptuales y metodológicas de un
programa de intervención y acompañamiento horizontal de plasticidad psicosocial
diseñado en base a una investigación vivencial realizada durante un periodo de
más de 15 años, vinculada a mi vida y a una trayectoria desprofesionalizada (autodidacta y transdisciplinaria) de artista multidisciplinario e investigador humanista.
Las
motivaciones para ello tienen que ver directamente con mi formación personal, inspirada
en la trayectoria del maestro José Hernández Delgadillo y la maestra Beatriz Zamora. Artistas plásticos de gran trayectoria y calidad de obra, pero por
sobre todo, seres humanos comprometidos profundamente con la condición humana. De
ellos heredé un cierto sentido de la vida, expresado en el poema que antecede
esta presentación. Escrito en el periodo inicial de esta investigación, este pequeño verso encierra una
visión paradójica de la condición humana, la cual, se asoma hoy a un futuro no
sólo incierto, sino inviable para la civilización tal como la conocemos.
Hablamos aquí de
la necesidad de co-construir un
modelo dinámico de trabajo, donde creatividad, investigación, espontaneidad e
intuición sean los elementos que lo hagan un ente orgánico.
Un modelo que permita que los artistas, junto con profesionistas de otras
áreas, se interesen por algo tan alucinante, comprometido, audaz, al mismo
tiempo que eficaz. En este enfoque de trabajo hay cabida para profundizar en
los procesos de individuación y creación de la obra personal, al mismo tiempo
que se trabaja en colectivos transdisciplinarios, en el seno de la comunidad y
con los niños, generando impactos directos en la identidad cultural comunitaria.
Otro objetivo, es que las manifestaciones del arte y de la cultura se reconozcan
y se vuelvan parte de la cotidianidad, parte de la democracia cognoscitiva, práctica revolucionaria para conocer y
transformar al mundo de manera organizada, como decía José Revueltas. Práctica que
reconoce a la cultura y el arte como constructos
del poder popular, que coadyuven a “vivir
conforme a las leyes de la belleza” (C. Marx) -recuerda el maestro Alberto
Hijar, en relación a la obra de Delgadillo-.
La elaboración
de este programa se basa en dos criterios:
§
Por un lado es importante entender que un modelo de
intervención psicosocial debe estar en correspondencia con el fin para que fue
diseñado. Como lo veremos más adelante, amor y conocimiento son las
dos dimensiones fundamentales de la realidad plástica psico-social humana. Ambas deben de ser
integradas en el modelo, con todas las implicaciones que cada una tiene.
§ En segundo lugar, el margen de tiempo que tenemos para
realizar una intervención psicosocial profunda, de implicaciones no solo culturales,
sino civilizatorias, no es más que el de una generación. Esto debido a la
premura del cambio climático en el planeta. Los resultados publicados por el
Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) son muy claros, el nuevo
escenario climático mundial es principalmente antropogénico e irreversible. Una
opción a nivel de la especie, es amortiguar en lo posible sus consecuencias,
realizando una transformación en nuestra forma de vida. Ello implica un cambio de
actitud humana a nivel civilizatorio.
No se mal
entienda esto. No creo que seamos capaces de lograr ese cambio radical ahora.
Pero sí podemos coadyuvar a sentar las bases sólidas para ello y sobre todo,
poner a disposición de la nueva generación lo que pueda serle útil y necesario.
Es decir, se trata de crear un modelo que surfee
la gran ola de la bifurcación engendrada por los procesos del gran tsunami de
las crisis caóticas próximas del sistema-mundo capitalista -ya iniciada- y
agudizada por los devastadores efectos del cambio climático, mencionados en el
reporte de este año del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC siglas
en ingles-).
Se requiere entonces
ser capaces de hacer cosecha de grillos[1] -ahora- en el
seno de la comunidad, utilizando como herramientas el concepto ampliado de arte, la sabiduría
infantil, la sabiduría milenaria de
los pueblos y la sabiduría convivencial de los barrios y comunidades. ¿Qué
es eso? Es alucinante: es despertar, encarnar y encausar los sueños presentes y
latentes de nuestro patrimonio onírico[2],
producto del rio-arcoiris
pluri-étnico y multicultural de nuestro propio país con raíces milenarias de
resistencia cultural. Con todo ello, y de múltiples maneras, habrá que
construir y co-crear una-otra
realidad desde sus cimientos generacionales oníricos (mitopoyéticos y utopísticos[3]):
¿lograremos hacer que hacer que futuro, destino y utopía converjan en la
realidad a construir comunitariamente en el presente?
Para ello, estamos
de acuerdo con Maturrana cuando dice que lo
que tenemos que hacer es reconstruir
de manera conciente el espacio de convivencia que hace posible que surja y que
se conserve de modo inconciente ese modo de convivir en la relación materno
infantil (Maturrana, 2003).
Sin embargo ¿es
sólo eso lo que se requiere? ¿Qué hay de del espacio convivencial comunitario
infantil, una vez que niñas y niños han pasado a la segunda infancia? Lo mismo
podríamos preguntar en la etapa adolescente, antes de llegar a ser jóvenes. En
cada una de estas etapas, existen cambios fundamentales en la personalidad
debido a la alta plasticidad de la condición humana, que reforzarán o
modificarán lo aprendido.
Consideramos
por ello que la pregunta es más amplia e implica, con la misma prioridad, el
trabajo integral sobre los espacios
convivenciales comunitarios hoy desmantelados. Precisamente, nos
preguntamos sobre el papel protagónico que pueden jugar (sic) niñas y niños
para contribuir a la recuperación y saneamiento de los mismos. Esa es la
contribución que proponemos como dialogo
de miradas horizontales.
[2] Al hablar del Patrimonio
Onírico (Hdez., 2004) como un fenómeno calidoscópico, hago referencia a
la multiplicidad étnico-cultural de México en particular y de América Latina en
general. Donde la mitopoyesis ha sido tan rica y diversa y la utopística ha
permeado toda la
Resistencia Cultural de estos pueblos por mas de 500 años.
[3] Mitopoyesis: Cada ecosistema segrega una
específica cultura (una matriz cognoscitiva o mitopoyesis propiciadora de
coherencia social y ecológica), un cuerpo de metáfora (pensamiento analógico)
proveniente de ese ecosistema y estructurado en función del mismo (Rodríguez:
2000:6), que constituyen sistemas complejos y coherentes capaces de
nuclear nuevos componentes y generar nuevos procesos ecosistémicos y étnicos.
Sobre esta base entendemos que la
Naturaleza “pura” es una ficción y que históricamente
los universos humanos y naturales han conformado un todo articulado por una
variedad de funciones y relaciones que caracterizan etnicidades
ecológicas (Parajuli: 1998).
Utopística: (I.
Wallerstein). La brillante y amplísima investigación de Wallertstein acerca del
Sistema-Mundo Capitalista y la
crisis terminal del mismo, le permite reflexionar acerca de las posibilidades
de incidencia conciente, de los individuos y la sociedad, en la creación de
alternativas creativas y humanas. Es el equivalente a lo que yo he denominado
las Utopías viables y prioritarias (Hdez., 1995).
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Sabiduría Infantil y Concepto ampliado de arte,
Ejes de Reconfiguración de la
Identidad Cultural Comunitaria.
“No
podemos resolver problemas
usando
el mismo tipo de pensamiento
que
usamos cuando los creamos.”
A.
Einstein
“Reunimos treinta radios y los llamamos rueda,
Pero su utilidad no depende más que del espacio.
Utilizamos arcilla para hacer vasijas,
Pero su utilidad no depende más que del vacío.
Abrimos puertas y ventanas para construir una casa
Y únicamente en estos espacios se haya su utilidad.
Por lo tanto, mientras nos aprovechamos de lo que es
Urge reconozcamos la
utilidad de lo que no es.”
“Hay un punto de la existencia humana donde todo se conjuga:
Sueño, mito, fantasía, historia, realidad presente y utopía.
Ese punto mágico está en cualquier parte, se llama hoy.
Habita -latente o pleno- en el alma...”
F. H. Z., 1989.
¿Es
posible diseñar un programa de trabajo en base a esta premisa lógica, este pensamiento
antiguo y a este último postulado poético?
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De eso trata este documento y la
investigación que lo hizo posible. Su metodología, heurística y epistemología
implícitas están en correspondencia con tales imágenes.
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I.- Características Generales
Los Ejercicios Estéticos de
Participación Comunitaria - Infantil (EEPC-I. Hdez., 2002) son
un conjunto de actividades diversas que integran un programa estético
(de investigación, producción, documentación y divulgación), estructurado a
partir de un eje vivencial-comunitario con protagonismo infantil.
A nivel conceptual, EEPC-I
parte de un enfoque transdisciplinario acerca de la construcción psico-socio-cultural
de la realidad en base al poder y, al
mismo tiempo, a la fragilidad de la
mente y la conciencia humanas. Esta circunstancia paradójica y dual de la
humanidad tiene su cimiente en las características neurofisiológicas y
evolutivas de la percepción humana y la estructura propia del sistema nervioso,
el cual funciona como un circuito cerrado. Esto significa que en su operar interno, el cerebro humano no diferencia
entre la percepción externa, el sueño y la fantasía (H. Maturana). Los nuevos
enfoques de la neurociencia señalan que “somos
básicamente máquinas de soñar que construyen modelos virtuales del mundo real” (R. Llinás). No hay
pensamiento sin fantasía, ni idea sin imagen, decía Aristóteles.
Esto implica a su
vez, que el potencial de la mente humana tiene las mismas posibilidades de ser
moldeado (alienado) por la manipulación psicosocial de la mercadotecnia y los
medios de comunicación del sistema-mundo capitalista (Wallerstein) -donde
impera un pensamiento denominado racionalidad
económica de la modernidad (Leff)-; que por la alteración de la
conciencia y la impronta estética (Hdez., 1999).
Se define la impronta estética, como una
huella indeleble en la estructuración de la percepción de la psique del
individuo, que crea un punto de referencia existencial para su vida. Esta
huella derivada de la vivencia del poder de la creación artística -en convivencia
comunitaria cotidiana- y la alteración
de la percepción que ello implica, fomenta el pensamiento sistémico-analógico
junto con el lineal-racional, en un proceso de pensamiento bilateral simultáneo y dinergético. Donde se entiende por dinergía el proceso de formación y/o
creación, según el modelo de unión -en proporciones armónicas[1]-
de opuestos complementarios. Este proceso dinergético es intrínseco en las
proporciones y en los patrones de formación de los fenómenos naturales -en las
escalas del micro, meso y macrocosmos, y también se manifiesta en la mayoría de
las obras humanas clásicas y armoniosas del arte y de la cultura tradicional
vernácula y étnica -incluida la artesanía-, evidenciando el vínculo existente
entre todas las cosas (György Doczi, 1981).
La impronta estética se genera a través de
la creatividad y el arte -ampliamente concebido-, impactando en la conciencia estética (H. Read, 1967), entendida esta como
el primer nivel de conciencia y soporte estructural del pensamiento racional.
Al respecto dice Herbert Read: “El arte, ampliamente
concebido, debería ser la base fundamental de la educación. Pues ninguna
otra materia puede dar al niño
no solo la conciencia en la cual se hallan correlacionados y unificados imagen y concepto, sensación y pensamiento, si no
también, al mismo tiempo, un conocimiento
intuitivo de las leyes del universo y un habito o comportamiento en armonía con la naturaleza”.
Es primordial reconocer que este
potencial de creatividad, conciencia y espiritualidad esta ligado a nuestras
bases evolutivas –de más de 3.5 millones de años de hominización- a través de
la neotenia -prolongación del estadio infantil-
humana y la biología del amor –cognitivo-emocional–
(H.
Maturana, ).
Con estas bases bio-sico-sociales,
presentamos un modelo de trabajo comunitario, concentrándonos en ubicar el
papel del Concepto Ampliado de Arte (CAA) (H. Read, J. Beuys, H. R. Jauss, Fco. Hdez.) y la Sabiduría Infantil (Hdez., 2001) como ejes de reconfiguración de la identidad cultural
comunitaria (G. Giménez,
Hdez.) en el contexto latinoamericano.
Por Sabiduría Infantil (Hdez., 2001), se
entiende el cúmulo vivencial y cognitivo, tanto en el ámbito de la capacidad de
crear conocimiento
(Pensamiento epistémico, H. Zemelman), como del
arte de la invención -heurística-,
que las niñas y niños tienen intuitivamente como forma de desarrollo
individual, en interacción social y en su relación con la naturaleza. Dicho
cúmulo se caracteriza por seis aspectos principales: Entusiasmo, espontaneidad, solidaridad lúdica, capacidad de asombro, capacidad de aprender
por si mismos y atemporalidad onírica. El origen operacional de estas
cualidades infantiles está en la convivencia íntima, que se establece
inicialmente con la madre, de cuidado que satisface sus necesidades de
aceptación, confianza y contacto corporal en el desarrollo de su conciencia de
sí y su conciencia social, mediante la experiencia básica del juego amoroso
desde su nacimiento. (Maturana).
Esto es así porque en última instancia, la dimensión sutil y profunda que distingue a la sabiduría es poder
dialogar horizontal y lúdicamente con nuestra propia ignorancia. Esto es un
principio epistemológico de la
Sabiduría infantil (a nivel ontogenético neoténico), por eso los niños no se detienen en su aprendizaje del
mundo. Y también es un principio epistemológico de la hominización nosótrica (a
nivel filogenético) de la condición humana.
Este
es un elemento que nos permite comprender y realizar un trabajo muy cercano a
la condición de la niñez desde la mirada horizontal. Es una forma de comprender
que niñas y niños tienen un potencial humano específico que al interactuar con
ellos nos enriquece cada vez que se establece un espacio convivencial para la
creación lúdica en libertad con ellos.
Desde el punto de vista de la invención, la
indagación y la construcción de nuevo conocimiento es una dimensión de
interacción humana de enriquecimiento vivencial
estético y de integralidad ética de la misma condición humana de los
participantes. Al tratar este elemento, hemos comprendido que una de sus
principales virtudes radica en promover y reforzar la convivencialidad y la dimensión nosótrica al realizarse desde
lo colectivo y para lo comunitario. El protagonismo infantil es un terreno propicio
para ello.
EEPC-I plantea que
la sabiduría infantil debe ser
reconocida como un elemento del Patrimonio
Onírico de la Humanidad (Hdez., 2004) y por lo
tanto, como un recurso espiritual insustituible de cambio socio-cultural hacia
una forma de sociedad que explore y ejerza en plenitud el potencial convivencial-evolutivo
consustancial del ser humano, asociado a la cultura de paz y no violencia.
Pero veamos más a detalle las bases biológicas
y sociales del programa EEPC-I.
[1] Sección Aurea: A:B=B:(A+B) es la fórmula de la célebre
sección áurea, relación recíproca exclusiva entre dos partes desiguales
de un todo en la que las parte pequeña es a la parte mayor, lo que esta es al
todo.
-->
II.-
Cerebro Humano. Filogenia y Neurociencias.
El sistema nervioso no es un sistema
abierto como se pensaba (abierto a la información externa que recaban nuestros
sentidos). Es cerrado, y la información que proviene de los órganos sensoriales,
simplemente especifican un posible estado interno. Las sensaciones emergen de
las propiedades intrínsecas de las neuronas y su conectividad. (R. Llinás)
El cerebro humano es un elemento de
gran complejidad, que se ha diferenciado por lo menos durante los últimos 3.5
millones de años; tiempo mínimo del proceso de hominización (H. Maturana). Este periodo de
hominización, aún puede ser recorrido un millón de años más al observar las características
de Ardi (Ardipitecus), quien al erguirse
para caminar por primera vez como bípedo, y liberar con ello los brazos y manos
de la locomoción, desarrollo cambios estructurales paradójicos como la
disminución del tamaño de su dentadura y fuerza mandibular, reduciéndose con
ello su capacidad defensiva y e ataque, pero ganando en cambio en sociabilidad
amorosa de pareja, filial y comunitaria. Esto fue
posible al aprovechar las innovaciones morfológico-estructurales previas del
sistema nervioso creado en la opción evolutiva neoténica[1] de los mamíferos. A su vez, el cerebro mamífero, cuenta
con un periodo de evolución de más de 100
millones de años. Por ello, “lo
que se tiene dentro de la cabeza es lo que se ha heredado, se ha desarrollado y
evolucionado durante quinientos millones de años -antigüedad de los seres
eucariontes-multicelulares-bilaterales-. Es un aparato que simula la realidad
externa, definitivamente un simulador” (R. Llinás).
“Nacemos
con el aparato ya hecho, como nacemos con manos, orejas y nariz. Lo que tenemos
dentro es un sistema que es capaz de hacer hipótesis de lo que hay afuera. Lo
único que hace es soñar. Es un aparato para soñar y los ensueños ocurren en dos
modos: de noche cuando estamos dormidos y durante la vigilia. En los ensueños
vemos, oímos y sentimos, y lo hacemos basados en la actividad intrínseca
cerebral relacionada con el exterior. Cuando estamos despiertos también
soñamos, pero estos ensueños también están regidos por los sentidos, pero para
mí, el sistema globalmente es el mismo”. (R. Llinás)
Desde el punto de vista
neurofisiológico, en el cerebro humano, “la
actividad cerebral es una metáfora para todo lo demás. Somos básicamente máquinas de soñar que construyen
modelos virtuales del mundo real”, dice el neurocientífico Rodolfo Llinás Riasco.
Todo ello, a su vez, relacionado y
condicionado por la presencia de los circuitos de las neuronas espejo (G. Rizzolatti, L. Fogassi y V. Gallese, 2005) situadas
en el área pre motora de la corteza y en las partes parietales inferiores (las
cuales se encuetran asociadas al movimiento
y a la percepción), así como al lóbulo parietal posterior, al temporal
superior y a las regiones que corresponden a
nuestras habilidades para comprender los sentimientos de otra persona, entender
las intenciones y el uso del lenguaje -área de Broca-. Las neuronas
espejo juegan entonces un papel esencial en la dinámica biológica que está en
la base de nuestro entendimiento de las otras personas –evolución del lenguaje–,
en el desarrollo de las habilidades sociales, y las redes sociales. V. S. Ramachandran
piensa que a un nivel más profundo, esta red condiciona el intercambio complejo
de ideas que llamamos cultura. Su afectación
puede estar ligada a las disfunciones psicosociales, que pueden ir desde la
falta de empatía y la violencia, hasta el autismo.
III.-
La Base Biológica
del Programa EEPC-I
Esta complejidad del cerebro es el
resultado de un largo proceso evolutivo. En ese sentido, la base biológica del
programa EEPC-I y de la
Sabiduría infantil es la neotenia humana, la cual es uno de
los factores detonantes de un complejo de procesos fisiológicos, psicológicos y
psicosociales. Como hemos dicho, este proceso se inicia en el individuo en
crecimiento, a partir de la expansión de la emocionalidad en la relación
madre/hijo, caracterizada por el amor y el juego (H. Maturana); impactando
en los padres y en la comunidad.
Desde el punto de vista
neurofisiológico, la neotenia humana se expresa a través de la acentuada
plasticidad neurológica de los individuos en esta etapa de la vida, misma que a
su vez redunda en una plasticidad perceptiva, cognitiva y conversacional, y por
lo tanto convivencial. Esto permite
que la herencia evolutiva del ser humano que ha operado durante mas de 3.5
millones de años -en el proceso de hominización- se exprese, y a esto se le
denomina Biología del amor (H. Maturana). Sin embargo, este proceso
fue violentamente intervenido con la destrucción de las sociedades matrízticas por
parte de las sociedades patriarcales-matriarcales hace aproximadamente 7,000
años, pero no por ello ha sido eliminando de la constitución evolutiva y ontogénica
del ser humano.
Dice Maturana: “La biología del amor es la dinámica relacional que origina la calidad
de lo humano en la historia de nuestro linaje. Cuando hablamos, implicamos,
evocamos o connotamos las condiciones sistémicas de la constitución de lo
humano evolutivo y ontogénico. La afirmación de la participación de la biología
del amor en el origen constitutivo de lo humano no es una opinión, es una
denotación del proceso biológico que constituyó y nos sigue constituyendo el
tipo de seres humanos que somos y que podríamos cesar de ser.” (Biología del
amor, H. Maturana y Verden-Zöller, 1996).
“Nosotros,
los seres humanos, somos animales amorosos. Nos enfermamos de cuerpo y alma
cuando se nos priva de amor a cualquier edad, y la primera
medicina es amor. Este es el resultado de nuestra historia
evolutiva biológica, tanto en sus aspectos fisiológicos como culturales.
“Dado
que un modo de vida se conserva en un linaje, todo lo demás queda abierto al
cambio a su alrededor, y a medida que nuestros rasgos son incluidos en el modo
de vida conservado a través de la reproducción generación tras generación, las
características del linaje cambian y puede emerger un linaje totalmente nuevo.
Nosotros los seres humanos somos el presente de tal proceso, y consideramos que
el rasgo central de la vida alrededor del cual todo lo demás cambió, fue la
biología del amor. Pensamos además, que esto sucedió a través de la continua
expansión de la emocionalidad de la relación madre/niño de amor y juego, en
mutua confianza, en aceptación del cuerpo, de modo que la extendió a todo el
lapso de vida, en una tendencia neoténica. Creo que fue en la conservación de
la tendencia neoténica -expansión de la niñez- que pudo surgir un vivir juntos
en intimidad en pequeños grupos a través de la expansión de la sexualidad
femenina, constituyendo el espacio relacional/interaccional en el cual el vivir
en lenguaje pudo comenzar y ser conservado. Es decir, creemos que el vivir en
lenguaje como el modo de vivir que hace de nosotros el tipo de seres que somos
como seres humanos, se produjo como parte de la tendencia neoténica de nuestro linaje en la conservación de un amor
centrado en la vida, y no agresión, como emoción central que guiaba la vida
diaria en nuestros antepasados. Además, pensamos que el lenguaje como núcleo
del modo de vida conservado en nuestros antepasados debe de haber comenzado
hace mas de unos tres millones de años. Finalmente, pienso que el compromiso
total de nuestra corporeidad y nuestra vida cultural en nuestro
vivir en lenguaje, muestra que el uso del lenguaje en nuestro linaje debe de
haber comenzado tanto tiempo atrás.” (Transformación
en la convivencia, H. Maturana y Sima Nisis, 1999).
En ese sentido, es importante también
conocer el concepto de amor en Maturana: “El
amor es una emoción, un modo de vivir juntos, un tipo o
clase de conductas relacionales en los sistemas vivientes. El amor, como
aspecto de la relación de nuestra vida animal, es un fenómeno biológico. El
amor no es un sentimiento ni una sensación; el amor no es una recomendación
para vivir mejor en compañía. Como emoción, como tipo de conductas
relacionales, el amor es muy simple, y puede ser caracterizado haciendo
referencia a las circunstancias cuando hay amor: El amor se produce cuando en
nuestras vidas en interacciones con otros seres, el otro, no importa quien o
que sea o pueda ser, surge como otro legítimo en coexistencia con nosotros. O,
lo que es lo mismo, el amor (el amar) es la emoción que constituye y conserva
la vida social.” (Transformación en la convivencia, H. Maturana
y Sima Nisis, 1999)
IV.-
Bases psico-socio-culturales del Programa EEPC-I
Es claro que el arte es un instrumento
de humanizar al ser humano (aunque suene tautológico), tanto en lo individual,
en lo comunitario y a nivel universal. Así lo muestran pensamientos ilustres de
todas las épocas y latitudes.
El proceso humano socio-cultural se
inicia en el contexto de la Gilania (R. Eisler) o edad matríztica (H. Maturana) del
paleolítico–neolítico, donde el ser humano ya es un animal habitado por el lenguaje. A través del arte, el ser humano en
comunidad conversacional (del emocionar-lenguajear) y de convivialidad, desarrolla el primer nivel de conciencia: La Conciencia Estética (H. Read), gracias a ella se
desarrolla el segundo nivel de
conciencia: El Pensamiento
Racional. El primer nivel de conciencia es la matriz psico-neurofisiológica donde
se gesta la estructura simbólica sustentada en la emotividad, requerida para la
creación del lenguaje. El segundo nivel de conciencia es posible por el
lenguaje mismo en auto recursividad en comunidad conversacional. Esta es la
historia del desarrollo de la humanidad y del individuo (potencialmente)
también. Aún en territorios desérticos e inhóspitos que generan circunstancias
extremas de vida (África, Australia y Baja California) es posible constatar que
el arte florece con gran poder, dejando en claro su papel trascendental en esta
etapa crucial de la construcción social del lenguaje y la cultura en general.
Proceso sustentado en la biología del amor (afectivo-lúdico) y simbólico-creativo.
Mircea Eliade lo deja muy claro cuando dice que: “La principal función de las imágenes ejemplares (símbolos) es
invitar, ayudar e incluso forzar al hombre a pensar, a precisar sus ideas, a
descubrir continuamente significaciones nuevas, a profundizarlas y
articularlas”. Para esto
se apoya en Aristóteles quien dice: “El alma no piensa jamás sin una
imagen...”
Es importante reconocer que ese papel
de la conciencia estética es trascendente, Hölderlin nos dice: “Un
pueblo sin la religión de la belleza habita una tierra desolada...”,
y Einstein subraya otra de las cualidades epistemológicas asociadas a la
conciencia estética: “La imaginación es mas importante que el
conocimiento...”. El equilibrio consiste precisamente en
el desarrollo armónico de los
dos niveles de conciencia. Gracias a ese desarrollo armónico, es posible que
afloren distintos tipos de
inteligencia en los individuos desde su niñez. La madurez de estas inteligencias múltiples (H. Read, H.
Gardner) es lo que define y fortalece aspectos del desarrollo de la
personalidad plena del individuo en lo físico, intelectual, afectivo-
emocional, en lo social, en lo espiritual y en su interacción con la
naturaleza. Esto ayuda a descubrir-formar su vocación y su potencial creativo y
profesional, pero sobre todo el sentido pleno de ser humano.
El gran problema de nuestro tiempo es
que tenemos una serie de errores acumulados, por el sólo hecho de habernos
olvidado de esto desde hace siglos. Construimos la Civilización entera
haciendo a un lado este enfoque armónico. Hemos caminado, literalmente, con un
sólo pie: La Conciencia Racional:
lineal, simplificadora de la realidad, del ser humano y del mundo. Dicha
conciencia, actuando sin su contraparte estética, ha generado un pensamiento individualista
y este a su vez una visión utilitaria, patriarcal y
egocéntrica – occidentalocéntrica, etnocéntrica, antropocéntrica,
androcéntrica, etc.-.
El resultado en el presente, es un
gran potencial de desarrollo científico, económico y material, es decir un
indiscutible florecimiento de una cultura tecnológica sin precedentes en la
historia de la humanidad. Y paralelo a esto, una gran deshumanización, enajenación,
marginación social extrema y manipulación psicosocial, que deben ser
reconocidas como lo que son: aspectos de la violencia social institucionalizada del Sistema-mundo capitalista neoliberal.
Todo ello como consecuencia del trastorno extremo inducido desde hace quinientos años por la racionalidad económica moderna occidental que globaliza
brutalmente costos e impactos sociales y ecológicos a escala mundial; y que en
última instancia, junto con la problemática ambiental del cambio climático -derivada
de ello mismo-, emerge en una convergencia
de crisis globales, con alto riesgo de colapso
civilizatorio, como señala agudamente James Lovelock, autor de la teoría
Gaia (Lovelock, 2007).
V.-
Implicaciones del programa
La Biología del Amor
tiene implicaciones pedagógicas y culturales directas, implícitas en una serie
de valores humanos y sociales que la expresan. Sin embargo, esos valores no
pueden ser inculcados doctrinariamente, ya que con ello automáticamente se
nulifican. El propio Maturana ha señalado la importancia del enfoque estético y
lúdico de esta pedagogía.
En una peculiar y sincrónica
convergencia del pensamiento contemporáneo, la Biología del Amor (base
del Instituto de Matríztica, en Chile) es recíprocamente complementaria con el
Programa EEPC-I y el concepto de Sabiduría Infantil. La primera, en términos de
una teoría sabia e innovadora de la condición humana; y la segunda en lo
referente a cómo lograr instrumentar una metodología transdisciplinaria de
trabajo comunitario de excelencia y ad hoc
a las circunstancias latinoamericanas, sin
por ello, renunciar ambas a su condición de ser aportaciones al debate
internacional.
EEPC-I es un
programa intencionalmente diseñado para coadyuvar a reconocer social e institucionalmente
el
potencial
de la Sabiduría
Infantil en tanto patrimonio intangible de la sociedad, y
para mostrar las bondades y beneficios de su utilización en el desarrollo
social comunitario. La investigación hasta ahora desarrollada ha permitido
comprender que, en las condiciones socio-culturales vigentes, esta expresión
del espíritu humano sólo es posible que aflore en los individuos en colectividad,
si se crean bases comunitarias sicosociales desde la infancia que lo permitan.
El concepto ampliado del arte como
un eje de reconfiguración de la
identidad cultural comunitaria (Hdez., 2002), cubre un
papel importante al respecto.
En ese sentido, EEPC-I está orientado a crear
experiencia, conceptualización y herramientas metodológicas alternativas en
cuanto a la reconfiguración de la
identidad cultural comunitaria, así como a la búsqueda de las mejores opciones
con las que cada comunidad cuenta, todo esto a partir del trabajo directo en la
misma, realizado por un equipo de profesionistas, creadores e investigadores
que se vinculan a la comunidad en actitud de servicio y con disposición de
escuchar y aprendizaje horizontal, al mismo tiempo que comparten sus
conocimientos, experiencias y habilidades profesionales.
EEPC-I es un programa transdisciplinario
desde el punto de vista metodológico, por su enfoque epistémico y heurístico en
la interrelación de las distintas disciplinas que en él convergen. Lo es
también, en cuanto al equipo de profesionistas que participan en su
instrumentación directa en comunidad.
Desde el punto de
vista de la investigación transdisciplinaria, EEPC-I es un modelo de investigación de los fenómenos y la plasticidad sico-sociales
que se producen al co-intervenir la cotidianidad comunitaria desde la
perspectiva estética –concepto ampliado de arte– y de la Sabiduría Infantil, que provocan una alteración
de la percepción comunitaria y de los individuos. Como hemos dicho, en el caso
particular de la plasticidad vivencial de los niños y niñas, esto crea la impronta estética.
Enseñar aprendiendo: Una de los aspectos que subraya este
programa es la importancia de trascender el proceso de enseñanza-aprendizaje
formal, mediante un proceso lúdico-creativo epistémico-heurístico. Al hablar de
la Sabiduría Infantil,
hacemos hincapié en la importancia de que el grupo de profesionistas que
participa se mantengan realmente abiertos al aprendizaje mientras interactúan
con los niños.
En tanto que la Sabiduría Infantil es la base
de EEPC-I, este programa no es
meramente un programa artístico-cultural, ni se propone crear artistas en la
comunidad. Este programa generará diferentes tipos de productos articulados
-tangibles e intangibles- al aplicarse en una comunidad, siendo los
principales:
Ø
Un patrimonio artístico comunitario creado
con la participación protagónica de niñas y niños (Espacio escultórico en un
espacio público, geoglifos en el desierto[1], obra
plástica de formato público-transportable, documental, libro-objeto, etc.). En
el esquema de trabajo, esta obra tiene una función geo-simbólica y/o
identitaria, como un punto de enclave del programa en la comunidad.
Ø
Sentar un precedente en la comunidad del
valor y el respeto que merece la niñez como generadora de la Sabiduría Infantil.
Ø
Instrumentar y arraigar distintos tipos de
programas que beneficien a la comunidad y que refrenden el valor y el respeto
que merecen los niños y niñas, no sólo en la familia, sino en la comunidad.
Ø
Fortalecer y ampliar el papel de OSC e
instituciones comprometidas con el trabajo en la comunidad, en términos de
la ampliación y profundización de la democracia hacia la democracia estético-cognoscitiva, como herramienta de construcción
de equidad y justicia social.
[1] Programa Geoglifos de Baja California
(1995-2002). Geoglifo de la
Unidad (1997) y Geoglifo de la Ballena Kuyimá
(1998- 2001)
-->
VI.- Antecedente
Conceptualmente, EEPC-I
tiene sus antecedentes en la sabia visión de Platón de que el arte debe de ser
la base de la educación. Este enfoque fue demostrado en la práctica en el siglo
XX, por el poeta, crítico, historiador de arte y filósofo Herbert Read en la década los 50’s, al realizar un experimento educativo en una escuela
primaria en Inglaterra durante un año. Con esta investigación no solo demostró
que efectivamente la conciencia racional esta sustentada y es modulada por la conciencia estética, sino que detectó y
ubicó la presencia de 4 diferentes tipos de inteligencias en los niños. De
igual modo, demostró que estas inteligencias no eran excluyentes, ni dependían
del azar o de la herencia genética; sino de la estimulación adecuada mediante
la intervención directa del concepto
ampliado de arte (CAA) en su educación integral y armónica con su entorno
social.
Sin el debido reconocimiento al magistral precedente intelectual
de Herbert Read; de la década de los 70’s a la fecha, Howard Gardner en Harvard
se ha especializado en el tema de Inteligencias
Múltiples, habiendo ubicado ocho diferentes. Esto ha sido posible gracias
al mismo enfoque del arte en la educación, impactando amplios grupos infantiles
en este periodo.
En el ámbito propio del arte, la búsqueda de expandir
su propio potencial es manifiesta en la historia. A principios del siglo XX Kandinsky
nos habla de un arte espiritual, como
una propuesta para enriquecer, tocar el alma de la humanidad -no de unos
cuantos, aquellos que pueden pagarlo-, sino como un ejercicio sublime de la
humanidad, y es que el arte es una construcción del ser humano; extendiéndose
este debate a un núcleo de artistas de todo el mundo.
Como parte del CAA[1],
en los 70’s, el land-Art fue una
manera de provocar un cambio hacia la conciencia ecológica. Joseph
Beuys en Alemania, trabajó aplicando el CAA, en intervenciones
sociales, como una forma de expandir la conciencia humana hacia otras dimensiones:
“En la medida que el arte amplíe su
concepto, la economía
ampliará su concepto y la ecología ampliará su concepto" (Beuys).
En México, existe un buen número de
experiencias del arte vinculado a los procesos sociales y comunitarios. La
mayoría de estas experiencias fueron desarrolladas de manera autónoma, en
muchas ocasiones en franca contra cultura oficial del Estado-partido
corporativista (PRI), y aún otras fueron realizadas intencionalmente como parte
integrante de la resistencia y agitación política popular revolucionaria,
sufriendo represión sistemática por parte del Estado: Desde 1970, el maestro José
Hernández Delgadillo en el grupo ACA -Arte
Colectivo en Acción- con el poeta Leopoldo Ayala y el cantante José de
Molina y después con Juan Alejandro y mas tarde con el grupo Maíz Rebelde. Puede considerarse el
valor de estas aportaciones directamente proporcional al avance de la
conciencia social en términos de lucha por la democracia y la justicia social.
Así mismo, existen innumerables experiencias organizativas comunitarias de
poder autogestionario y de protagonismo infantil, de conciencia ecológica y
educación ambiental, que hoy ofrecen la posibilidad de articularse en conjunto
para proponer una alternativa de mejor calidad a la comunidad. Estos dos tipos
de experiencias, en donde el arte jugó un papel importante, ayudaron a la
conformación de la incipiente Sociedad Civil de base que hoy existe en nuestro
país. Valiosa en particular es la contribución teórico-práctica al
tema del arte como base de la educación, de José Gordillo y el Centro de Actividades Creadoras e Investigación Educativa,
continuada por su discípulo Jorge Rello y Ma. Ángela Rincón del Proyecto La
Semilla, quienes han puesto especial empeño en vincular
estos dos aspectos a la educación ambiental. Por otra parte, la maestra Beatriz
Zamora, con su obra El Negro, retoma
el enfoque de Kandinsky: “Una teoría del
arte para funcionar tiene que estar enraizada en el éxtasis del paraíso
terrenal y, en una defensa de por vida de la Vida, de la hermandad, de la unión, de la
comprensión de una sola semilla y su derivación en todos los resultados
sociales, económicos y emocionales, en el ideal de un mundo nuevo, que nace con
un nuevo milenio, un mundo fresco, sano, limpio, alegre, puro y de por vida” (B. Zamora, 2000).
En este conjunto de experiencias a
retomar, se destaca la
sabiduría milenaria de los
pueblos indígenas, por su
importancia histórica y trascendencia espiritual. De la misma manera que ha
sido relevante en la lucha de resistencia cultural de los pueblos, en su
momento jugará un papel fundamental en esta rearticulación
cultural-civilizatoria, mediante el proceso denominado Diálogo de saberes (saberes comunitarios y científicos).
En ese contexto, en lo particular, las
bases del programa EEPC-I son el
resultado de una investigación vivencial estético-comunitaria iniciada en 1989
en el desierto de El Vizcaíno, B. C. S y las diseñé en Ensenada desde 1998, al
realizar los trabajos del Geoglifo la Ballena Kuyimá
con los niños y la comunidad de Laguna San Ignacio, B. C. S. (1998-2001). Este
proyecto vinculó
tres aspectos:
1)
El enfoque de land-Art,
como expresión moderna no convencional de arte desde la emergencia de la
conciencia ecológica en la década de los 70,
2)
La tradición milenaria de los geoglifos que, a su vez, se relaciona con la conciencia de la Madre tierra de los pueblos
originarios, desde la mitopoyesis nosótrica
(Lenkersdorf) y asociada al lenguaje simbólico de los glifos toponímicos
mesoamericanos,
3)
El enfoque del arte
público, ligado a la conciencia de justicia social y con acento en la
participación comunitaria-infantil para la creación de patrimonio cultural comunitario, que enfatiza el Diálogo de saberes (saberes comunitario,
saberes científicos y arte) integrado en haceres
estéticos comunitarios, como parte de la vida humana a recuperar.
Todo ello como parte de nuestra propuesta de Plástica social desde la experiencia y
los escenarios histórico-culturales de América Latina, que resalta el carácter
atemporal del arte y la expresión multidimensional de la condición humana.
Su primera adaptación al contexto
urbano se planteó en 2002, cuando se propuso la creación del Geoglifo de la Paz en la Bahía de la Paz. Una segunda
adecuación se logró en 2005, con el Taller
de Pendones y EMMI realizado en
Casa Talavera -UACM-, como una primera aproximación al enfoque de espacios
urbanos de alta vulnerabilidad infantil. A partir de ello se
constituyó el Grupo ConVocArte con el escultor y
fotógrafo Ricardo Juárez Miranda y la antropóloga Berenice Mondragón López,
enriqueciendo la experiencia y la reflexión. Otro avance sustantivo se
desarrolla en Tecómitl, Milpa Alta, D. F., en 2006, gracias a la colaboración
de Doña Rosita -Rosa Maria Silva Medina-,
gran promotora social y cultural local, y sus hijos, y la participación del
director de cine Rafael Bonilla de la compañía Campo Imaginario, en el Proyecto Codice Tecómitl –primer códice comunitario-, con participación
parcial del Programa PAPO de la
Secretaría de Desarrollo Social del Gob. del D. F.[2]
El programa EEPC-I parte de premisas básicas y esenciales en relación a la
condición humana, al desarrollo infantil y el de la comunidad. En ese sentido,
por ejemplo, se entiende el papel estratégico de la educación, y por otra
parte, se reconocen las serias limitaciones de la educación escolarizada, la
cual está dirigida al fomento unilateral del pensamiento lineal, al privilegio
de la conciencia racional y a la fragmentación del conocimiento, la conciencia
y de los ámbitos de la vida que ello implica.
Además, la educación escolarizada promueve el curriculum oculto (Illich, 1971) que genera la
jerarquización de status, antidemocracia e individualismo competitivo. También
connota al conocimiento como una mercancía de dosificación preprogramada, que
convierte al individuo en “un consumidor de conocimientos precocinados que
aprende a reaccionar ante el conocimiento que ha adquirido mas que ante la
realidad, de la cual el grupo de expertos lo ha abstraído. (Con ello) su acceso
a la realidad es controlado siempre por un terapeuta, y si el alumno acepta tal
control como cosa natural, su cosmovisión se convierte en algo higiénico y
neutral y él en una persona políticamente impotente” (Illich, 1973). Estos
aspectos ampliamente reconocidos, no solo están presentes en la educación formal
escolarizada, sino que perméan inercialmente la vida cotidiana y dan sustento a
la enajenación y a la manipulación sicosocial.
En América Latina, desde los años 1970,
Paulo Freire, concretiza este enfoque al construir la Pedagogía para la liberación, y resaltar la
importancia crucial de la horizontalidad
en base al diálogo –la palabra que
atraviesa–, en la relación de los facilitadores con los sujetos –en comunidad–
de su propia construcción personal pedagógica. Construcción
simultánea a la de la transformación de su realidad social. Fincadas ambas en
la toma de conciencia de sus condiciones, potenciales creativos y necesidades
reales de vida. El gran acierto de Freire es reconocer que el proceso de
aprendizaje esta condicionado y se dirige hacia el proceso de crear condiciones
de vida de calidad humana desde escenarios de marginalidad, explotación e
injusticia social. De allí los resultados que lograron y el reconocimiento
internacional de su aportación.
EEPC-I reconoce la importancia de los
enfoques sico-pedagógicos genético-constructivistas (Piaget-Montessori-Vigotsky), y los
vincula operativamente con el enfoque de trabajo social del protagonismo
infantil y de la pedagogía comunitaria y para la libertad (P. Freire), como
ejes alternativos del desarrollo comunitario.
En este contexto es particularmente
útil el concepto de zona de desarrollo
próximo (ZDP) en el aprendizaje infantil, de Vigotsky (1988),
definido como la distancia entre el nivel real de desarrollo determinado por la
capacidad de resolver independientemente el problema y el nivel de desarrollo
potencial determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de
un adulto o en colaboración con otro compañero mas capaz. Dice Vigostky: “nosotros postulamos que la ZDP es un rasgo esencial del
aprendizaje, es decir, el aprendizaje despierta una serie de procesos
evolutivos internos capaces de operar sólo cuando el niño está en interacción
con las personas de su entorno y en cooperación con algún semejante. Una vez
que se han internalizado estos procesos se convierten en parte de los logros
evolutivos independientes del niño”. Es asombroso como se complementan estas
valiosas apreciaciones de la primera mitad del siglo XX, con los resultados neurocientíficos
de finales del siglo, tanto con la biología del conocer y del amor, como en el
descubrimiento de los circuitos de las neuronas espejo, mencionados ambos
anteriormente.
. . .
VII.- Cosecha de Grillos
En temporada,
brincan una nube de grillos al azar en el alfalfar
cuando niñas y niños corren y juegan.
Entonces las mujeres pueden cosecharlos pasando
con sus cestos cónicos de boca ancha zarandeándolos mientras caen solos.
Las ideas e imágenes de niñas y niños son como grillos...
cuando niñas y niños corren y juegan.
Entonces las mujeres pueden cosecharlos pasando
con sus cestos cónicos de boca ancha zarandeándolos mientras caen solos.
Las ideas e imágenes de niñas y niños son como grillos...
Nuestro concepto operativo de Cosecha de grillos (Hdez., 2003) como
dinámica intergrupal de creatividad lúdica con protagonismo infantil, donde el facilitador juega un papel
preponderantemente de observador
participativo, permite ampliar la
ZDP a la interacción y retroalimentación del grupo mismo de los niños y, por lo tanto, posibilita el registro de la manifestación
de la sabiduría infantil latente en
el grupo. Esto pone en evidencia que EEPC-I no es una metodología
pedagógico-infantil, aunque funcione como tal, sino que es una herramienta de
construcción psicosocial comunitaria desde la plataforma de la sabiduría infantil y el CAA.
Por sus propias características, EEPC-I tiene un
enfoque de arte-terapia implícito,
conciente de que la propia dinámica de trabajo lúdico-creativa y
colectivo-comunitaria ayuda a los participantes a resolver esto en convivencia.
El
enfoque lúdico:
Niñas y niños están acostumbrados a escuchar y saber que los adultos no le dan
importancia a lo que hacen, porque lo que hacen es jugar, sin saber que en ello hay un gran poder que los adultos ya
perdieron, poder que recientemente ha sido asociado al proceso mental que
realizan los científicos, al implicar sus labores procesos epistémicos-creativos.
La desvaloración social de ello (en los niños, pues en los investigadores tiene
gran importancia), hace que, inconscientemente, los adultos confíen en que l@s niñ@s
perderán y olvidarán pronto ese potencial.
Cuando se dice que el juego sólo es
válido cuando tiene un objetivo a cumplir, se olvida que el juego en si mismo,
comporta ya hay un paquete complejo de logros implícitos. También se omite que
limitar el juego a un solo objetivo es una manera de evitar que verdaderamente
se exploren posibilidades insospechadas mediante una acción no premeditada
donde se expande la imaginación -inventiva y creación-. Es decir, se niega el
ejercicio natural de la vida misma y se asume la vida como un programa que es necesario
que se cumpla, en apego a un manual y a un método, a objetivos y reglas.
[2] Al respecto, es pertinente anotar
que a pesar de la calidad de los
resultados y el potencial de desarrollo de la forma de trabajo de este
programa, en todos estos casos, la participación institucional se ha
distinguido sintomáticamente por omitir o no reconocer ni dar espacio
institucional a la remuneración profesional de quienes la realizamos. La
circunstancia en que estos trabajos se realizaron implicó asumir esto como
costo personal y del grupo ConVocArte.
Esto indica a su vez, la nula capacidad institucional de evaluación y creación de
condiciones para este reconocimiento mínimo en el diseño de las bases de
programas de aplicación social-comunitaria. Índice de la precaria aportación
del Estado a la Democracia cognoscitiva demandada por José
Revueltas.
-->
VIII. Transdisciplina e inserción social
Sin pretender ser una solución total,
EEPC-I ha sido creado para
incidir en esta problemática compleja y multifactorial desde una perspectiva
sistémica, lúdico-creativa-estética, que se deriva en un enfoque alternativo con
respecto del proceso de enseñanza-aprendizaje. De allí la necesidad de un
equipo transdisciplinario, con un compromiso social-comunitario muy claro, con
experiencia y sensibilidad para trabajar con los niños.
Metodología de
trabajo: “La
transdisciplinariedad es complementaria al enfoque disciplinario; reconoce
la existencia de diferentes niveles de
realidad, regidos por diferentes lógicas; su clave reside en la unificación semántica y operativa de las
acepciones, a través y más allá de las disciplinas. La visión
transdisciplinaria es decididamente abierta en la medida que ella trasciende el
dominio de las ciencias exactas
por su diálogo y su reconciliación, no solamente con las ciencias humanas sino también con el arte, la literatura, la poesía y la
experiencia interior y es en sí
misma transcultural; es multi-referencial
y multidimensional. Una
educación auténtica no puede
privilegiar la abstracción en el conocimiento. Debe enseñar a contextualizar, concretar y globalizar.
La educación transdisciplinaria
reevalúa el rol de la intuición, del imaginario, de la sensibilidad y del
cuerpo en la transmisión de los conocimientos.” (E. Morin et. al., 1994).
Cuando hablamos de un equipo
transdisciplinario, es porque queremos aprovechar tanto la formación académica
de los profesionistas participantes, como su experiencia laboral. Esta
distinción entre ambos aspectos del desarrollo personal redunda en reconocer la
versatilidad personal de quienes entusiastamente se comprometen a realizar un
trabajo de este tipo. Las disciplinas principales que intervienen están
contempladas en tres áreas cognitivas:
·
Trabajo social, socio-antropológico y
psico-pedagógico. Misma
que proporcionará herramientas de planeación participativa comunitaria y
protagonismo infantil, de seguimiento social y auto evaluación, así como metodológico
de los procesos cognitivos y psico-sociales.
·
Científico-técnica V. gr. Arquitectura y
agronomía urbana, arqueo-astronomía, matemáticas; científicos y divulgadores de
la ciencia de distintas áreas, etc.
·
Lúdico-estético-creativa. Incluye el área
plástico-visual, literario-teatral, musical y de
expresión corporal. Es importante contemplar la participación de profesionales
expertos en documentación de procesos comunitarios y/o infantiles (video y
fotografía) para diseñar su intervención en la capacitación, coordinación de un
grupo especial de niñas y niños que puedan realizar la documentación participativa
de todo el proceso.
Al hacer la distinción de áreas, no implicamos que
las mismas intervengan en forma separada durante el proceso de trabajo de los
talleres modulares-temáticos multidisciplinarios a realizar con las niñas y
niños. Los profesionistas y asistentes
participantes estarán capacitados para integrar los tres tipos de contenidos
cognitivos dentro del proceso mismo de las sesiones de los talleres que se
diseñen en cada ocasión. Para ello se ha creado el Seminario de Percepción, Estética y Sabiduría Infantil
(PES-I. Hdez., 2004), como
parte del programa EEPC-I. El proceso pedagógico se asume como un proceso
vivencial multifactorial -no lineal- que implica la integración de las tres
áreas cognitivas de manera complementaria y simultánea en todos los
participantes, no sólo en los niños.
-->
XI.-
Perspectivas y Corolario
Diseñado desde la experiencia en
México, EEPC-I se reconoce como
parte del caleidoscópico e intangible Patrimonio Onírico de la Humanidad (mitopoyético-utopístico) (Hdez., 2004) que América
Latina aporta al mundo. Esto es lo que determina, al mismo tiempo, que pueda
ser un elemento útil en el debate nacional e internacional.
El
conjunto de lo mas
valioso que hemos encontrado como expresión del conocimiento, la sabiduría y la
espiritualidad humana, es lo mínimo que podemos ofrecerles, que merecen y que
necesitarán los niños y las niñas de hoy, para el futuro próximo. Cualquier
escatimación al respecto no es más que miseria anímica revestida de ignorancia
y estulticia institucionalizada. Al heredarles, en breve, un mundo con recursos
no renovables agotados y acentuaciones tan agudas de problemáticas socio-político-económicas,
y ecológicas muy complejas, ellos -no
nosotros- son quienes tendrán que asumir las consecuencias y dar las
respuestas, desde lo mas profundo de su ser, a problemas elementales de la
condición humana.
A
través de ellos se sabrá en qué medida tuvo sentido -o le pudo encontrar su propio sentido, al
fin- la inteligencia humana -como fenómeno de conciencia estético-racional-, y
si realmente es una estrategia opcional viable de la vida en este planeta. Ello
con todas las implicaciones de amor y responsabilidad que se requieren y que no
son más que la expresión del propio potencial activo del cual surgimos.
http://www.youtube.com/watch?v=pMttJjx6jR0
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2016
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